Tener una casa bien situada en propiedad y dejarla vacía es una muy mala idea. Sobre todo, si se tiene en cuenta la rentabilidad tan alta que está generando en estos momentos el mercado del alquiler. El temor a los inquilinos morosos y a que se produzcan destrozos en el inmueble suelen son los motivos que esgrimen la mayoría de los dueños. Desde pisos.com señalamos los cinco errores más comunes en esta situación:
1. No hacer una buena selección del inquilino – Debes tomarte tu tiempo durante las entrevistas a las personas que contacten contigo para alquilar la casa. Debes pedir documentación que certifique la solvencia necesaria para hacer frente a la renta mes a mes. Si quieres estar más protegido, contrata un seguro de impago o exige un aval o depósito. Por otro lado, debes recordar que existen agencias especializadas que pueden hacer esta gestión por ti.
2. No enseñar fotos del inmueble en el anuncio – Los portales inmobiliarios son tus mejores aliados. Gracias a la publicación de tu anuncio, generalmente gratuita, podrás poner tu vivienda a la vista de un gran número de posibles inquilinos. Es vital que pongas buenas imágenes de todas y cada una de las habitaciones, desde la cocina y el baño hasta los dormitorios. No olvides incluir en tu anuncio el número de meses de fianza que pides o si aceptas o no animales de compañía.
3. No tener la casa lista para entrar a vivir – El alquiler es un mercado muy dinámico en el que las operaciones se cierran muy rápido. El inquilino suele tener prisa por mudarse cuanto antes, así que no dejes para última hora el arreglo de pequeños desperfectos, ya sea un grifo que gotea o una ventana con un cristal roto. Asegúrate también de que los electrodomésticos, aunque ya tengan unos años, están en buen estado y funcionan correctamente.
4. No tener claro cuánto pedir por el alquiler – Para fijar la mensualidad que cobrarás al inquilino es importante que hagas ciertas averiguaciones. Tomar el pulso al mercado es fácil si controlas los portales de clasificados online. Una búsqueda de pisos en alquiler en la misma zona en la que está ubicada tu vivienda te ayudará a detectar inmuebles de similares características. Compara su superficie, equipamiento y extras con el tuyo para poner un precio adecuado.
5. No cambiar la titularidad de los suministros – Hace unos años era normal que el casero le pasará al inquilino, no solo la minuta del arrendamiento en sí, si no también los recibos de la luz, el agua, el gas, etc. Hoy en día es más habitual tener todos estos suministros dados de baja para que sea el inquilino quien los active, poniéndolos a su nombre. De este modo, te quitas un quebradero de cabeza, ya que las facturas le llegarán directamente al inquilino.